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Las Fragas del Eume



La leyenda cuenta que Dios al crear los tres ríos que nacen en la sierra de O Xistral -Eume, Landro y Masma- le prometió un hombre cada año al que llegase primero al mar. Traicionado por los otros dos, que lo dejaron durmiendo, el Eume tuvo que cruzar valles y montes para ganar. Por eso salió bravo y agreste y, antes de la aparición de los embalses en su cauce, también llevaba cada año la vida de un hombre.

Las Fragas do Eume son un ecosistema único en Europa. Agrupadas en las orillas del río del mismo nombre (84 km de largo), a extensión arbórea es la principal muestra de este ecosistema de alta biodiversidad, el bosque atlántico, tan específico gracias a la proximidad de la mar y de las profundas riberas del río, que lo convertió, en 1997, en Parque Natural. Tradicionalmente fueron muy explotadas por la riqueza e fertilidad de los suelos, y por eso son ecosistemas poco frecuentes y conservados unicamente en zonas aisladas coma estas fragas. Se trata de un espacio protegido, pero visitable, que ofrece agradables sorpresas a quien lo percorre.

A lo largo de las orillas de cinco ayuntamientos se extienden más de 9.126 hectáreas de macizos forestales de diversas características. En las tierras más próximas al río crecen bosques de ribera basados en los chopos y alisos, que esconden auténticos tesoros de heleches y musgos, específicos de este Parque, y también dos raras especies de narcisos. Subiendo por las laderas de los montes, encontramos bosques de robles, la especie mas características de las Fragas do Eume.

Si bien la flora es la joya de las Fragas, también acogen algunas especies animales endémicas y en peligro de extinción, desde pequeños anfibios y reptiles, como la salamandra rabilonga, hasta especies mayores, como el lobo o el gato montés, o diversas aves de rapiña, como el buho real.